Una mirada cautivadora, un cuerpo moviéndose de manera sensual al caminar, una sonrisa con encanto, unos tacones... Son las armas de mujer.
Jugar con el pelo: Suele dar buen resultado siempre que no se convierta en una obsesión o tic.
Dirección de los pies: Su orientación desvelará a quién se prefiere cuando se está, por ejemplo, en una fiesta hablando con más gente de pie. Basta con que alguno de los pies se direccione hacia alguna de las personas, para darse cuenta de con quién se está más a gusto. Lo mismo sucede con la dirección del cuerpo.
Cruce de piernas: Hay que prestar atención a la dirección de la rodilla de la pierna cruzada. Desvelará una atracción hacia el interlocutor dependiendo de la orientación que elija.
Jugar con objetos: Si una mujer acaricia el tallo de una copa, toca suavemente un cigarrillo o juega con una servilleta, significa su deseo de profundizar la relación. En cambio, si apaga antes de terminar su cigarrillo o el cuerpo se mantiene muy alejado de la mesa, mala señal.
Sophia Loren, la morena italiana, y Brigitte Bardot, la rubia francesa. Ahora tienen setenta y tantos, pero encarnaron en su día a la mujer sensual explosiva. Dos iconos europeos que han hecho soñar al planeta entero. Ambas seducían. ante todo, por su físico de ensueño. Pero la belleza no es suficiente y las dos tenían también ese “algo” indefinible que atrae las miradas e impacta en las pantallas, llámese encanto, embrujo, duende o seducción.
Unos hombres venden todo el pescado y otros se quedan con la miel en los labios. Gustar o no gustar, esa es la cuestión y la clave reside, casi siempre, en saber manejar el arte de la seducción. Maneras hay como colores porque no todos utilizan las mismas estrategias. Muchas veces el carácter y la forma de ser influyen en la metodología.
Perfíles más comunes de un seductor
Seductor italiano: si hay un prototipo de seductor ese es, sin duda, el típico italiano. El "latin lover", propenso a los piropos y a los halagos. Siempre atentos y caballerosos, se les ve venir desde lejos. No a todas las chicas les gusta que les doren la píldora, sin embargo, el seductor italiano lo sabe hacer muy bien. Para triunfar con este método, uno debe ser natural e ir directo desde el principio para conseguir que la chica se sienta especial y única. El chico arrogante y despechado: es el típico que consigue atraer a la chica metiéndose con ella mediante sutiles bromas. El mensaje que le trasmite subconscientemente es “no voy a babosear por el hecho de que seas guapa“, así que, en lugar de halagarla, le reta, le molesta. Antes de ser rechazado, rechaza y así consigue que ella tienda a buscar su aprobación. Cuando ha conseguido llamar la atención, entonces, baja la guardia. ¿Cuantas mujeres se han enamorado de alguien que al principio les cayó fatal?
El chico natural: se muestra interesado, simpático, agradable, pero no hasta el extremo de que se le vea el plumero. Y entonces un día, besa a la chica. Este estilo de seducción es un termino medio, ni halaga como el italiano, ni ataca como el arrogante. Crea incertidumbre y curiosidad en la mujer porque no tienen muy claro si ella gusta o no. Y entonces, querrán descubrirlo o mandarlo a la...
El tímido: Su estrategia es no interactuar con las chicas, especialmente con la que le gusta. Su estilo es llamar la atención poniendo distancia. Algunas mujeres se sienten atraídas por ese misterio, lo malo es que pueden pasar desapercibidos para otras muchas. La clave está en mostrarse abiertos y divertidos con los amigos y distante y silencioso con la mujer a la que quieren conquistar.
El artista: cualquiera que domine un arte, ya sea bailar, cantar, pintar, dar masajes, recitar poesía, tocar un instrumento, trucos de mágia... Aquí el ingenio puede ganar la batalla a un físico no demasiado afortunado. No hace falta mucho para seducir, ninguna estrategia, sólo mostrar y sentir el arte para desarmar a la chica.
Si tu modo de enfocar la seducción no encaja en ninguno de estos perfiles, puede que tu comportamiento sea el de un pagafantas, término de última moda para definir a un "pobre pringado" que nunca se lleva a la chica. Su apariencia, algo "friki", no le ayuda y aunque pueda tener buenos sentimientos e intenciones, nunca deja de ser el simple amigo de la novia de otro. El pagafantas está para muchas cosas menos para mojar. Si te miras al espejo y descubres que este es tu caso, ponle remedio pronto o nunca te llevaras el gato al agua. En la red circulan videos tan graciosos como el que ha querido rescatar EAD de ayuda al pagafantas.
Seductores en el cine
Hay muchos galanes en el séptimo arte. La temática de la seducción es tan antigua y socorrida que la lista de películas es interminable. EAD coge una al azar, Alfie, con dos versiones de la misma historia, la de 1966, protagonizada por Michael Caine o su remake, con Jude Law. ¿Con cual de las dos te quedas tú?
Y si en lugar de películas hablamos de personjes de cine, uno de los grandes, sin duda, es el sofisticado James Bond. ¿Qué serían sus historias si no estuvieran aderezadas por sus conquistas?
Pero no podemos terminar sin hacer mención al seductor de los seductores, por lo menos de “boquita para fuera”. Es nada más y nada menos que Casanova, escritor, diplomático y agente secreto veneciano, pero que ha pasado a la historia por sus famosos escarceos amorosos.
Una mirada cautivadora, un cuerpo moviéndose de manera sensual al caminar, una sonrisa con encanto, unos tacones... Son las armas de mujer.
El chico natural: se muestra interesado, simpático, agradable, pero no hasta el extremo de que se le vea el plumero. Y entonces un día, besa a la chica. Este estilo de seducción es un termino medio, ni halaga como el italiano, ni ataca como el arrogante. Crea incertidumbre y curiosidad en la mujer porque no tienen muy claro si ella gusta o no. Y entonces, querrán descubrirlo o mandarlo a la... 
