La primera mujer que  se visitó de blanco en su boda fue la reina Victoria I de Inglaterra.
Desde luego que marcó tendencia, porque se convirtió en el color favorito y muchas féminas la imitaron. Han pasado casi dos siglos desde su enlace con el principe Alberto (1840) pero el blanco ha perdurado, unido en parte a la tradición de ser el color de la pureza y la virginidad.

 

 


Nombre:
Lorenzo Caprile

Nacimiento:
Madrid. 1967

Estudios:
Fashion Institute of Technology de Nueva York.
Politécnico Internacional de la Moda de Florencia.
Licenciado en Lengua y Literatura por la Universidad de Florencia.

Su taller:
En 1993 abrió su propio taller en el madrileño Barrio de Salamanca, especializándose en trajes de novia y ceremonia, siempre a medida.

Su primer vestido de novia:
Para Carla Royo-Villalonga

Una apuesta:
La intemporabilidad

Un compromiso:
Que la novia salga de su taller espectacular

Prenda fetiche:
El corpiño porque realza la figura de las mayoría de las mujeres.

Admira:
Manuel Pertegaz

Ideal de belleza:
Mujeres de rompe y rasga, con curvas.

Una mujer con estilo:
Jaqueline Kennedy

Julio 2010 - Irene Ripoll

Viernes, 18:30 de la tarde, suenan campanas de boda, alguien se casa y  como siempre, las primeras miradas seran para él: el vestido de la novia. Durante meses, se convirtió en el secreto mejor guardado y como un amante lo tuvieron escondido dentro de un armario pero hoy… sale a la luz.

 

Casualidad o cosa del destino,  a la misma hora, EaD tiene una cita con  alguien que sabe mucho de  novias y  de sus vestidos.

 


Es Lorenzo Caprile, más modista que diseñador, más escultor que pintor. Y es que, lo que a él le gusta es confeccionar, crear sobre la piel de un maniquí, moldear las telas, haciendo vudú con miles de alfileres.
 

      

Caprile, que ha vestido a cientos y cientos de novias, nos da las claves, o mejor dicho las agujas, para  coser el traje nupcial perfecto. Déjate llevar al altar por él y  verás como te irá como "anillo al dedo".




Porque es  tan tradicional que llega a pecar de trasnochado y porque es el color  más díficil, el modista madrileño invita a las futuras esposas del siglo XXI a darle la espalda al blanco.

Caprile es un detractor de las blancas y radiantes novias, razón de peso no le falta porqué ¿cómo te vas a vestir con el tono que menos favorece el día de tu boda? 


Caprile fue pionero en introducir las notas de color en los vestidos nupciales. Y es que exite toda una gama cromática que puede dar ese toque personal que andas buscando.

Su apuesta es clara, aunque no tanto para llegar al blanco… Si quieres dar un paso más de camino al altar, salta de la pureza a los rotos, los tostados, los marfiles y añade alguna nota subida de tono en los complementos.




Con 18 años de experiencia, si de algo entiende  Caprile  es de cómo se puede deslumbrar el día de tu boda. Lo dice él mismo “la elegancia es sobre todo inteligencia y sentido común”, así que no pierdas la cabeza y conviertas tu vestido en un disfraz. Ante la duda, casi siempre en estos casos, menos es más. Huye de lo artificial y apuesta por la naturalidad y la sencillez. No consientas ser  un complemento más del traje. No lo olvides, tú eres la protagonista.


    



La novia fue, ha sido, es y será… las modas cambian pero ellas permanecen y Lorenzo Caprile  aconseja olvidarse de las tendencias a la hora de confeccionar el vestido.  

Las formas imposibles de las pasarelas no están al alcance de todas y lo que está de moda no tiene por qué ser lo que más te favorece.

Es el estilo el que debe prevalecer y será, a través de tu propio estilo,  como llegarás a ese traje hecho a tu medida y de nadie más. Y ese es el que más partido saque a tu cuerpo.

Debes tener en cuenta la hora, la fecha y el lugar de la ceremonia. Son datos que te ayudarán a hilvanar tu vestido perfecto. Analiza los complementos que quieres llevar... una mantilla, una tiara... ellos pueden traer la inspiración.



El día de tu boda tu atuendo será el más comentado de la fiesta. Una sóla oportunidad para tu vestido; ese que ha estado meses gestándose tras las cortinas de un probador, ese que se ha ido acoplando a tu cuerpo, poco a poco, hasta decidir que sois tal para cual. Un proceso único que debe ser especial. No seas impaciente y no  empieces demasiado pronto la busqueda. El proceso debe ser el que tiene que ser, pero que no se convierta en algo mónotono, largo y cansino. 

Maquillaje, tocado, zapatos... todo debe ser parte de un conjunto; no lo dejes para el final y recuerda probarte el traje con la ropa interior que usarás el día de tu boda. Disfruta del momento intensamente y convierte la experiencia de tu boda y los preparativos en un bonito y único recuerdo.



 
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