Una sala, mucha gente, el dinero corre como la espuma al son de "¿alguien da más?". Vístete para la ocasión porque EaD te lleva de subasta...
Los famosos a subasta
Cuando parecía que ya no quedaba nada de Marilyn Monroe, aún se le puede sacar partido al gran mito americano. A finales de junio se celebrará, en el hotel Planet Hollywood de las Vegas, una subasta para vender, al mejor postor, algunos de sus objetos personales.
Seguro que, más de uno, estará dispuesto a pagar un cheque, con muchos ceros, para hacerse con el sofá en el que, la rubia explosiva, se recostaba en sus visitas al Psiquiatra.
Menos glamouroso, pero de gran valor para los fetichistas, es una radiografía del tórax de la diva. También pasará a ser propiedad de “ese alguien” que esté dispuesto a pagar la cantidad más elevada.
Y la subasta continúa porque, además, se podrá adquirir un perfume Chanel nº 5, de esos con, los que Marilyn aseguraba, se metía a la cama; fotografías, cheques firmados, guiones y hasta la silla en la que posó en su última sesión fotográfica.
"Happy Birthday... Mr. President" El más famoso "happy birthday" es, sin duda, el que entonó Marilyn, sobre el escenario del Madison Square Garden de Nueva York, en mayo de 1962. John Fitzgerald Kennedy cumplía 45 años... fue un momento histórico que J. F. K. no olvidaría... y seguro que Jacqueline tampoco.
Casi medio siglo después, la imagen de Norma Jeane, con aquel traje de diamantes, tan ajustado, que los diseñadores tuvieron que coserlo sobre su cuerpo, sigue estando en boga.
Marilyn no pensó, aquel día, que alguien, muchos años después, pudiera estar dispuesto a pagar por aquel vestido. Seguro que no imaginaba que, en 1999, la casa de subastas Christies, sacara por él, nada más y nada menos que, $1.2 millones. Sus nuevos dueños: dos jóvenes y "ricos" neuyorquinos.
Es la ventaja de ser una estrella, que todo lo que gira a tu alrededor sube de valor. Como Marilyn, muchos otros siguen generando dólares más allá de su muerte. Son los millonarios de ultratumba, elevados al más alto nivel de mito. A veces, por haberse ido al otro mundo repentinamente o en "extrañas circunstancias". No importa si es un guante, un mechón de pelo o un manuscrito, todo vale, eso sí, si eres objeto de deseo, famoso y encima... estás muerto.